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lunes, 12 de diciembre de 2011

MOCOS, GRIPAS Y CATARROS

Ya inicio el invierno y con ello la temporada de catarros y gripas, el siguiente artículo te ayudará a estar mas informado y prevenido.

En su gran mayoría se trata de infecciones virales que suelen complicarse con una infección bacteriana (aunque a veces la bacteriana sea la inicial). Al ser virales, no importa el medicamento, médico o enfermo, la enfermedad durará un tiempo determinado por las defensas de este último que puede oscilar entre los 3 y los 10 días. Los medicamentos en este caso solo contrarrestan los síntomas y nos permiten sentirnos mejor en lo que el cuerpo resuelve el cuadro y aunque nada es mejor que el reposo y las medidas generales para resolverlos, en la gran mayoría de ocasiones nos es difícil detenernos un par de días para hacerlo.
Normalmente los catarros aparecen en tiempos fríos y prácticamente todas las molestias derivan de esto. El frío reseca el recubrimiento de la nariz y garganta lo que produce irritación lo que se manifiesta con tos, aunado a la presencia de virus, el cuerpo responde generando moco para protegerse; la primera medida es garantizar la presencia de ese recubrimiento con mucho líquido de preferencia al tiempo o tibio (el líquido frío aumenta la irritación y con ello la tos), cuando falta líquido el moco se vuelve espeso y la mucosa se seca más aumentando la tos y propiciando la infección de ese moco con bacterias. Los antigripales (clorfenamina, difenhidramina, loratadina, etcétera) solo disminuyen los síntomas, no curan la enfermedad como tal. Nos ayudan a seguir con nuestras actividades aliviándonos la congestión nasal y el moqueo; sin embargo he observado que al cortar el moco se reseca más la mucosa de nariz y garganta y muchas veces los cuadros suelen durar más tiempo.
En un artículo anexo encontrarás el manejo general de fiebres e infecciones de vías respiratorias superiores. En niños o cuando hemos estado muchos días congestionados es bueno hacer lavados nasales con sterimar (o, por si no quieres gastar, con un vaso chico de agua purificada con una cucharada de sal y media de bicarbonato introduciendo la mezcla con jeringa) ya que permite fluidificar el moco y evita que se acumule en los senos paranasales; en un niño pequeño al no poder “sonarlo” esto se realiza con perilla. El seguir éstas medidas en ocasiones nos salva del uso de antibióticos sin embargo hay ocasiones en que son necesarios. Aunque suelo reservar el uso de los mismos tras haber hecho un chequeo médico hay datos que se observan más (pero no siempre) en las infecciones por bacterias y que hace necesario su uso:
        El cambio de una tos seca o de moco transparente a una con flema verde espesa después de unos días de catarro y mocos con más malestar general y dolor de garganta.
       El inicio de la enfermedad con dolor de garganta, con dolor o sensación de “ganglios” en el cuello así como dolor al tragar.

En los niños el dolor de garganta se suele traducir en pocos deseos de comer sólidos prefiriendo los líquidos, vómitos con flema y escurrimiento de baba en los más pequeños (lactantes).

Consulta el artículo “Manejo Caseros” para checar las medidas generales para el tratamiento de estas enfermedades y recuerda que estas medidas y manejos son simplemente recomendaciones, no sustituyen al médico o la consulta

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